El 29 de enero de 1860 nació en Rusia el dramaturgo y escritor Antón Pávlovich Chéjov, quien comenzó a escribir para poder ayudar económicamente a su familia y, con el tiempo, terminó siendo considerado un maestro del relato corto y un gran exponente de la literatura rusa.
En esa primera época como escritor, Chéjov se volcó, escondido tras el seudónimo Antosha Chejonté, a la creación de relatos humorísticos cortos y a caricaturizar la vida en su tierra natal. Esa actividad le permitió hacerse fama de buen cronista y adquirir experiencia literaria, pero el joven tenía otra prioridad: convertirse en médico.
Tras largas temporadas de estudio en la Universidad Estatal de Moscú, en 1884 pudo cumplir su sueño ligado a la medicina, pero no abandonó sus tareas vinculadas al mundo de las letras. Así fue como, al año siguiente, comenzó a prestar colaboraciones para la “Peterbúrgskaya gazeta” y para uno de los medios más respetados de San Petersburgo, el periódico “Nóvoye vremia”.
Para 1886, el médico Antón Chéjov se había convertido en un prestigioso escritor que había publicado su primer libro de relatos (al que tituló “Cuentos de Melpóneme”) y que sería reconocido, un año después, con el Premio Pushkin.
La etapa posterior a esos primeros logros literarios estuvo marcada por un viaje a Ucrania inducido por problemas en su salud, que por ese entonces comenzaba a sufrir los primeros síntomas de la tuberculosis. Al regresar a su tierra, el autor vio con gran satisfacción cómo su obra teatral “La gaviota” se había sumado a su lista de éxitos, a la que, tiempo después, se le agregarían “Tio Vania”, “Las tres hermanas”, “El jardín de los cerezos”, “Campesinos”, “El pabellón nº6” y “La dama del perrito”.
El 15 de julio de 1904, en una clínica de Alemania, Antón Chéjov dejó de existir a causa de una serie de complicaciones derivadas de la tuberculosis que lo aquejó durante gran parte de su vida.
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